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Se denomina insaculación (lat. in y sacculum, saquito) al procedimiento de elegir alcaldes, regidores y otros oficiales de justicia y de gobierno poniendo en un saco, bolsa o cántaro ciertas bolillas o cédulas, para un sorteo[1]. Los elegidos resultan desinsaculados[2].
En las bolas figuran los nombres de las personas capaces y después de haberlas mezclado bien se sacan al azar las necesarias para que aquellos sujetos, cuyos nombres figuran en ellas, sirvan a los empleos o cargos que se trataba de proveer. Este sistema pretende asegurar que todas las partes interesadas y competentes tienen igual oportunidad de desempeñar cierto cargo público. Además, el hecho de que uno sea elegido por sorteo minimiza el faccionalismo desde que no tiene sentido hacer promesas para ganarse a los grupos clave, las elecciones, por contraste incentivan esto.[3]
La insaculación es sólo una de las maneras prácticas de realizar por sorteo la elección ciega de una o más personas para los correspondientes puestos o responsabilidades. Como tal, es una de las variantes de los procedimientos que se emplean en la estococracia o demarquía. Este es un sistema de gobierno, de concepto mucho más amplio que la mecánica procedimental por medio de la cual se determina a cada funcionario. En efecto, la estococracia o demarquía es una forma de democracia sin partidos políticos ni elecciones, en la cual los cargos de gobierno se determinan estableciendo arbitrariamente un número de documento, o bien por sorteo de algún número, o bien por sorteo o imposición de fechas de nacimiento o de cualquier otro rasgo que permita conformar una muestra matemáticamente representativa de la población, la que será gobernada por los individuos así determinados. La demarquía puede incluir, pues, en su mecánica el procedimiento de (des)insaculación, pero este también puede utilizarse para otros fines que no impliquen esa forma de gobierno: por ejemplo, para fusilar a los desinsaculados, o para hacerles prestar un servicio (labranza, u otro); e incluso para decidir el acceso a un medio escaso, como los botes salvavidas en caso de naufragio.
En la democracia ateniense, la insaculación fue el método tradicional y principal para la selección de oficiales políticos y su uso es referido como la principal característica de la democracia.[4]
Hoy, la insaculación es comúnmente usada para selecionar posibles miembros de un jurado en sistemas legales basados en derecho anglosajón y a veces usada para formar grupos ciudadanos con poder de asesoramiento político.[5]